viernes, 24 de mayo de 2019

POEMA DOMINGO

Día en que Dios volvió a ser hombre, después de tres días en el seol para anunciar su gloria. Hay una Magdalena sin lágrimas ni perfumes y a María le han sacado de su corazón la espada. Se escuchan, de las iglesias sus clásicas campanadas, se agrupan en bandadas, las aves que a doquier gorjean. Ante un altar un viejo reza y la vida que es toda faena se detiene, para meditar lo que podría ser mañana. Viene a mí el domingo como ave silente, dándome la hostia que mi espíritu clama y la voz de mi niño me dice: que debo abrir la puerta al Cristo que llama. Día genésico, hecho para tocar suelo con manos reposadas. Se celebra la resurrección, aplaudiendo a la muerte vencida. Se hace esta tarde un silencio en el alma y un ángel nos anuncia al Dios que ama. Cada primer día de semana, te espero ave silente, apacible y mansa.

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